Desnuda, a la vista, sin rubor ni, lamentablemente, algo de mínima decencia, observamos sistemas políticos que menosprecian la vida, tiranías que coaccionan libertades y buscan desplazar del espacio de la existencia civil primero y física después, a grupos enteros de la sociedad.
Unas personas que contabilizan como gente, pero no aparecen como almas, cuyo inocultable amor al poder dibuja en cada discurso, cada acción, la intención y el deseo claro de someter a quienes piensan distinto, a imponer tendenciosamente una “verdad” sobre el natural bosque de opiniones. Es el modelo de la mediocridad y el resentimiento ejerciendo el poder.
Es la vitrina que nos presenta el entierro de la decencia, las exequias de los principios, sacrificados en el altar donde el poder deja desnudo a quienes pone a prueba. Sacerdotes de borregos que ven en el rojo, no la sangre que han cobrado, sino el mantel que soporta sus inmerecidos banquetes.
Un porcentaje de países y de la población mundial vive bajo dictaduras. De cuño reciente, se suman a velocidad creciente países de habla hispana, sociedades que entregan su presente e hipotecan su futuro, a flautistas del populismo y verdugos de la libertad individual que siguen la franquicia teórica Cubana de los Castro, financiada en su oportunidad por la Venezuela Chavista, ya hoy abierta organización criminal Madurista y que anidó sus huevos en Sao Paolo, bajo el influjo de Lula.
Hoy en España y de la mano de su operador politico, Zapatero, y sus ejecutores Iglesias-Sánchez debutan en condiciones inmejorables concentrando todo tipo de poderes que la circunstancia de sanidad permite.
Operadores politicos de alto vuelo, nutridos con dinero público de países sin libertades, con años de trabajo a nivel de todos los organismos multilaterales, que salvo excepciones, soterradamente contribuyen con su parálisis al derrumbe democrático que esta emergente lucha geopolítica busca perfilar.
Nos encontramos entrando y saliendo en un eterno aprendizaje social por la fuerza del dolor, y que suma a Bolivia, Nicaragua, Argentina, México y ahora España, esta España política que nace del acuerdo PSOE-UP y que abierta y aceleradamente transita caminos que llevan a la pobreza económica, emocional, mental y espiritual.
Regímenes que envilecen al ser humano, fragmentan y separan, en discursos y acciones de representantes que se rodean de los frágiles ante las tentaciones, débiles de principios y obsecuentes ante la figura de poder. Que manipulan groseramente las carencias del necesitado por necesitarles precisamente para seguir siendo necesitados en ese circulo que pretende hacer sentir lobos a los borregos.
Alianzas de especies en extinción que representan el comienzo del fin, sino hacemos los que amamos la libertad y la responsabilidad lo necesario, aun rozando lo imposible, para lograr el fin del comienzo.
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