La memoria me regresa a mediados de los 90. Ese espacio en el tiempo donde Venezuela seguía pujante, en crecimiento. Operaciones industriales de todo tipo, abundancia de productos y mejora progresiva en la calidad de los servicios, universidades de primera, calidad de vida extraordinaria, relaciones cercanas, apertura y energía que contagiaban. Ese espacio donde el futuro previsible estaba lleno de oportunidades, de la mano del reto de hacer las cosas bien.
Recuerdos también de la paternidad, incipiente y para la cual la única preparación era el deseo de hacerlo bien, de poder contribuir a nutrir en todo aspecto a un ser humano. A diferencia del aspecto profesional. donde la base de la universidad ofrecía una plataforma, ser padre, por el contrario, me adentraba en lo desconocido, maravilloso, pero retador. Ya con una hija, Bárbara, quien me hizo sentir los primeros pasos de tamaña responsabilidad y prodigioso regalo de esto que llamamos vida.
Luego un dia, como hoy, 30 de mayo de 1995, naciste tu, Adrián, quien desde el inicio derrochó energía, optimismo, apertura y conexión con todos. 24 años hoy de tu llegada, que marcas con tu cercanía, afecto y búsqueda de bienestar global.
No sé que te deparará el futuro, la verdad creo que importa menos que tu capacidad para seguir permitiendo tu conexión con las personas a través de las virtudes que te enaltecen: honestidad, sinceridad, entrega, pasión por lo que haces y amor. Te amo hijo, y felicidades hoy en tu cumpleaños….Nos vemos pronto…