Lunes, temprano en la mañana la cálida luz del día se deja ver por las rendijas de las persianas. Florida, un estado de sol, rodeado de agua, plano y de lineas rectas, cual moderno diseño minimalista. Estado en crecimiento y siempre deseado, grandes distancias y modernismo mezclado con el valor de lo antiguo. Cosmopolita y rebelde, con una identidad que lo hace más místico e impredecible con el tiempo. Hoy mi pensamiento oscila entre el viaje de trabajo y la sensación de que aún no hemos percibido la enorme transformación en la que todos estamos.
Via al aeropuerto, me maravilla experimentar la sensación de estabilidad que ofrece el sistema y lo conocido, sin dejar de sentir, como una tenue música de fondo, con cualquier sonido del teléfono, esa suerte de cordón umbilical que nos conecta con todos y todo en presente, que pueden existir noticias que cambien la percepción mas arraigada que podamos tener en un solo instante.
Repaso el trabajo por hacer y me viene a la mente la imagen de la infinidad de consultores en el tema de transformación organizacional, cambio, cultura y liderazgo qué, al igual que yo, hoy se desplazan para atender solicitudes o compromisos. Cada kilometro que me acerca al aeropuerto, me distrae pensando que pareciera que aun no hemos entendido la magnitud de reto que enfrentamos cuando vivimos de las organizaciones, de su existencia y permanencia en el tiempo.
Esa mezcla de dulce y amargo, entre lo que considero importante y lo que percibo completamente fuera de foco. Atrás, en el recuerdo reciente y más cercano de lo que la realidad merecería, sigo viendo el desfase y desalineación cuando hablamos de cultura sin entrar en detalles de la naturaleza misma de la institución mas importante que hemos creado: Las Personas Jurídicas. Me nace esa dualidad de ver una enorme oportunidad, envuelta en un papel que no desea despegarse para preservar una manera conocida de pensar, de actuar y de sentir a las organizaciones.
Consultores que dan lo mejor de si, ejecutivos que buscan ayuda, sociedades que reclaman transformaciones, pero, aún con todo a favor, el enorme peso del pasivo emocional con las ideas pasadas, con la tradición de pensamiento, con la rigurosidad de la ciencia y la metodología de la academia, pienso nos hace seguir el camino conocido cuyo principal atractivo es el mantener el estado de las cosas, justo cuando mas se reclama un cambio sin precedentes. Pareciera que el sistema todo busca hacer dinero cuando la sociedad busca una diferencia. Un sistema tipo dual, dividido y fragmentado, que alterna la solicitud de lo nuevo, con la valoración de lo conocido y la tradición. Que sueña con despertar, pero se conforma con el sonambulismo. Esos que hablan de transformación desde los paradigmas heredados de la revolución industrial.
Me rebelo contra el conformismo de sentirme satisfecho cuando las ideas son aplaudidas, me mueven el silencio y la reflexión mucho mas que el aplauso y la consideración, siento que como consultores en el tema de Cultura Organizacional, somos agentes para la transformación social a través de las organizaciones que nos honran con la posibilidad de apoyarlas. En mi caso, cada vez más, cada mañana, semana y mes, cada hora compartida con colegas ejecutivos, cada lectura del tema, me recuerda que nada lograremos sin un profundo cambio de paradigmas. Es el percibir que queremos hablar de futuro, pero nos persigue la historia, anclándonos en lo que el otro quiere escuchar.
Debemos atrevernos a incorporar la más profunda perspectiva del humano y de los sistemas humanos, desde un enfoque que honre la ciencia y la administración científica, pero que incluya, soporte y haga viable, que la consciencia y el avance en el desarrollo del espíritu humano, quienes realmente somos, tome cuerpo, relevancia y predominancia para repensar todos lo que hemos entendido como administración científica, estrategia y cultura, regreso en este punto al inicio del pensamiento que me perseguía hoy temprano en la ruta al aeropuerto: …..tengo la sensación que aún no hemos percibido la enorme transformación en la que todos estamos…a pesar de que a casi todos se lo escucho.
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